La información es la mejor herramienta que existe para la conservación. Aquello que no se conoce con detalle no se puede proteger. Por eso el anillamiento científico es tan importante. Ayuda dando datos muy cruciales sobre las aves silvestres: Sus movimientos migratorios, sus tasa de mortalidad, de supervivencia, expansión hacia nuevas áreas de las especies, datos de longevidad, potenciales áreas de alta mortalidad... Con estos datos, se pueden establecer medidas que ayuden a la protección de una especie o de las especies de una zona.
Existen las clásicas anillas metálicas, cuya lectura se realiza mediante recapturas, y luego existen anillas de PVC para lecturas a distancia, además de collares y bandas alares.
Sea como fuere, cuando se realiza la lectura de alguna de estas anillas, es importante notificar a una oficina de anillamiento el código de la misma para actualizar los datos del individuo y poder conocer un poco más por dónde se ha estado moviendo desde que fue anillado.
Hace unos meses, pude fotografiar una garza real que poseía una anilla de PVC donde se podía leer perfectamente el código. Éste fue notificado a la oficina de anillamiento del CSIC de la Estación Biológica de Doñana (http://anillamiento.ebd.csic.es/IniciarAction.do) y al poco tiempo me mandaron el historial del ejemplar:
Gracias a esa anilla, pude conocer que se trataba de una garza nacida en el Embalse de Castrejón, en Toledo, y que tenía 3 años. Y esta garza ha elegido el Parque de las Presillas para venir a alimentarse, lo cual agradecemos los amantes de las aves de nuestro municipio por regalarnos su bella estampa.
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