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Joven azor durante una liberación de GREFA |
Cuando uno sale al campo por una zona tan maravillosa como los terrenos que están en el norte de Alcorcón, debe estar preparado para llevarse cualquier sorpresa, porque es una zona con una diversidad enorme. Después de iniciado el paseo y de haber avistado ya unas cuantas rapaces por la zona, aparecen alarmadas un grupo de unas 8 perdices. Hasta aquí, todo normal, pues es una zona donde esta gallinácea está presente y no es difícil verlas por los campos, a veces, con un poco de suerte, incluso seguidas por los pequeños perdigones que han nacido en la zona. La sorpresa viene después cuando, a unos 15 metros de distancia, se dibuja la silueta de una rapaz, con un vuelo rápido a un metro, más o menos, del suelo en una frenética persecución de las desdichadas aves. De pronto, estoy siendo testigo de una de esas persecuciones que tanto he visto en la televisión. Me da tiempo a sacar la cámara y tomar algunas fotos para poder identificar a la rapaz y... ¡Bingo! Se trata de la primera vez que veo un azor en Alcorcón. Más concretamente de un azor inmaduro. Las fotos no son de gran calidad por lo que no las publico en el post, pero lo suficientemente claras para sacarme de dudas. El resto de la escena no tiene un final claro. Tanto las perdices como el azor se pierden detrás de una pequeña colina por lo que me quedo sin saber el desenlace. Sospechaba de la presencia del azor por la zona por los restos de un animal encontrado bajo un poste de la luz y por los desplumaderos que a veces me voy encontrando por la zona. Desconozco si es un animal errante o, por contra, que se está estableciendo en la zona. Ojalá sea esto último.
Es curioso que durante el paseo no encuentro esos grandes bandos de palomas torcaces que me he encontrado otras veces. Quizás, la presencia de este joven ejemplar ha disuadido a las palomas de venir a esta zona a proveerse del grano que ha caído al suelo tras la cosecha.
El encuentro con esta formidable rapaz aumenta mi lista de rapaces vistas en esta zona y viene a confirmar la salud y la biodiversidad de estos terrenos que se encuentran al norte de Alcorcón, que lejos de ser unos simples eriales es una zona muy rica y llena de una comunidad vegetal y animal de la que nos tenemos que sentir orgullosos.
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