Durante un paseo matutino en esta helada mañana del 26 de Febrero, una extraña bola en uno de los jardines del Parque de la Paz llamó mi atención. Parecía una paloma tendida en el suelo. Cuando me acerqué, descubrí que aquella bola de plumas no era una paloma, sino 2 crías de tórtola turca.
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Imagen de los pichones recogidos |
El hallazgo me dejó algo sorprendido porque se trataba de dos volantones, pichones perfectamente emplumados que estaban a punto de iniciar sus primeros vuelos. Mientras la mayoría de las especies aún no han empezado a criar, resulta que las
tórtolas turcas ya han tenido sus primeras crías. Esto no es ninguna anomalía, ya que esta especie suele ser la primera en criar en nuestros parques, con lo que el hecho es totalmente normal.
Los pichones estaban perfectamente quietos y pegados, para tratar de pasar desapercibidos y mantener el calor. Por suerte, ninguno de los perros que frecuentan este parque y que merodean sueltos por el mismo descubrió a la pareja de hermanos.
Con este nivel de desarrollo que mostraban los pichones, lo mejor hubiera sido colocarlos en su nido o ubicarlos en un lugar seguro, a salvo de personas, perros o gatos, y esperar a que sus padres siguieran haciéndose cargo de ellos, dejando que la Naturaleza siguiera su curso. Pero no ubiqué ningún nido cercano ni tampoco había rastro de sus padres, por lo que haberlos dejado allí hubiera supuesto condenarlos a una muerte segura a manos de las urracas y en las fauces de algún can. Opté por la opción de recogerlos y llevarlos a GREFA (www.grefa.org), el hospital de fauna autóctona ubicado en Majadahonda, donde todos los años recogen miles de pollos y crías de diferentes especies y les dan una segunda oportunidad. Una vez que hayan alcanzado todo su desarrollo y sean capaces de valerse por sí mismos, estos animales son devueltos a la libertad.
Seguro que dentro de unas semanas, estos dos hermanos estarán de nuevo disfrutando de la libertad en algún parque de Madrid. ¡¡Muchas suerte!!