Los vencejos pueden formar parte de la dieta de los cernícalos, y por eso no es extraño este tipo de conducta. La presencia de un cernícalo merodeando cerca es sinónimo de peligro para los vencejos o sus crías y genera inquietud. De hecho, en la primera de las ocasiones, el cernícalo portaba algo negro entre sus patas, que fácilmente pudiera ser un ejemplar de vencejo. La distancia me impedía ver de qué se trataba. Los vencejos estuvieron persiguiendo los cernícalos hasta que éste se alejó de la zona, en el primer caso, y hasta que este realizó un formidable picado hasta desaparecer de mi vista entre edificios y árboles, en el segundo.
Macho de cernícalo vulgar en las ruinas de Polvoranca. |
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