Septiembre está a punto de llegar y, con él, nuestras vidas vuelven a la rutina tras las vacaciones de verano. Anochece antes, amanece más tarde, el sol ya no calienta tanto como lo hacía en Julio o comienzos de Agosto y se produce otro evento de la Naturaleza dentro de nuestro municipio, la invasión de los papamoscas cerrojillos en su movimiento migratorio postnupcial.
Hoy he observado mi primer cerrojillo, dando el pistoletazo de salida al formidable paso migratorio a pie de calle (O de parque, según se mire) que durará varias semanas y que se prolongará hasta los primeros días de Octubre incluso. Este paso migratorio le llevará a África, a pasar el invierno.
Será el único momento en que podremos observar este ave en nuestro municipio, pues sólo está de paso. En las próximas semanas, se dejará ver en los parques, cazando insectos. Muy típico es su hábito de estar posado en lo alto de un árbol y cazar al vuelo algún insecto volador que sobrevuele el mismo realizando un breve vuelo vertical.
En primavera realiza el camino en sentido contrario pero su paso es mucho menos notable y perceptible. Y eso, a pesar de realizarlo con su plumaje nupcial, los machos, mucho más vistoso. Aunque he visto algunos durante los meses de primavera, su número no tiene comparación con la cantidad de veces que se ven ahora en Septiembre en cualquier parque.