26 diciembre 2009

Cernícalos vulgares en nuestra ciudad




Esta mañana me llevé una grata sorpresa cuando me asomé por la ventana. En una de las antenas del edificio de enfrente vi llegar un pájaro, del tamaño de una paloma pero con unas alas y una cola más fina y un aleteo más rápido. Enseguida empecé a sospechar que no se trataba de una paloma. ¿Qué podría ser, si no? Un cernícalo vulgar. Tomé los prismáticos y enseguida lo confirmé.
el cernícalo vulgar es la más urbanita de nuestras rapaces. De pequeño tamaño, su dieta se compone de insectos, pequeños mamíferos y pequeños pajarillos. Seguro que alguna vez lo habrás visto en algún campo cercano a alguna carretera, fijo en el aire, batiendo rápidamente sus alas.



El cernícalo vulgar, pasa todo el año entre nosotros, a diferencia del cernícalo primilla, que emigra cada año. En Alcorcón, se pueden encontrar ejemplares que anidan en azoteas. Cualquier oquedad es buena. Recuerdo el caso de una pareja que anidó en una jardinera de un edificio de enfrente de casa de mis padres. No tenían ningún reparo en llamarse a cualquier hora del día, lo que hacía imposible que pasaran desapercibidos. Habría que agradecer al dueño de la casa que no los echase de allí en ese periodo tan crítico para cualquier especie como es la época de cría.



En ciudad pasan más desapercibidos porque en las azoteas, su tamaño les hace confundirse con palomas muchas veces. En vuelo son inconfundibles. En Alcorcón, es fácil observarlos en los terrenos circundantes. En la zona de Las Presillas, se le divisa enseguida cernido en el aire sobre la zona más abierta en busca de presas o en los cables de la luz. En la zona norte, también es muy fácil verlo con su inconfundible estilo de caza (De ahí la importancia para la población de cernícalos de Alcorcón de mantener esta zona sin urbanizar). Además, muchas veces utiliza los postes de madera que delimitan la finca como posadero, formando una bonita estampa rural, a pocos metros de la bulliciosa y contaminada ciudad de Alcorcón. Sin embargo, cualquier trozo de terreno baldío puede ser suficiente para verle cazando (La zona que queda entre la estación de Alcorcón Central y la A-5, la zona de campo de Fuentecisneros...).

Ahora en invierno, cuando ya no hay insectos en el campo que comer, es más fácil verlos por la ciudad en busca de algún pajarillo despistado o, por qué no decirlo, de algún pajaro enjaulado de los que tenemos en la terraza, que se convertirá en una presa fácil para sus garras. De aquí su fama de "cazador" de mascotas aladas, que comparte con otra vecina de Alcorcón como es la urraca y de la que ya hablaré en otro post. Sin ir más lejos, hace unos días anduve siguiendo con la vista un ejemplar que anduvo revoloteando por encima de los edificios hasta que se dirigió raudo y veloz hacia un árbol o una terraza. Debido a la lejanía, mi vista (Que no es como la de un cernícalo, dicho sea de paso) me impidió definir cual fue el objetivo de este cernícalo, pero lo que sí está claro es que andaba buscando comida en plena ciudad. O como en otra ocasión, que vi desde mi terraza como otro ejemplar estaba posado en un ático hasta que hizo un picado en busca de algún pajarillo que había en el jardín de abajo. Ambos casos se produjeron en invierno, lo que demuestra que la escasez de presas en campo abierto les obliga a buscar comida en plena ciudad en los meses más fríos.

No hay comentarios: